Hoy 8 de marzo, es el Día Internacional de la mujer, día en el que millones de mujeres alzan la voz para reivindicar sus derechos y luchar contra las discriminaciones por razón de sexo.
Es una fecha destacada en el calendario internacional para recordar que la desigualdad de género aún es una realidad. Queremos que este día sea un homenaje para todas aquellas mujeres que han luchado y están luchando para que todas las personas tengan los mismos derechos y oportunidades y construir así una sociedad justa.
Aunque ha sido mucho el camino recorrido y hemos avanzado mucho en algunos países en la consecución de ese objetivo, todavía son muchos los ámbitos en los que la desigualdad sigue existiendo.
Este 8 de marzo tiene una especial relevancia porque hace poco más de un año del estallido de la pandemia que ha hecho que nuestro modo de vida se haya modificado. Estos cambios y adaptaciones han traído consecuencias graves en la igualdad.
Esta crisis sanitaria ha vuelto a poner de relieve tanto la aportación de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan.
En el ámbito doméstico diferentes estadísticas muestran el desequilibrio que sigue existiendo en el reparto de tareas dentro del hogar, ya que son mayoritariamente las mujeres quienes siguen asumiendo las tareas del cuidado de los hijos y de familiares dependientes.
Tenemos que trabajar para conseguir una cultura de igualdad en el trabajo ya que las mujeres se enfrentan a bastantes prácticas discriminatorias en el lugar de trabajo, especialmente la brecha salarial por cobrar menos por el mismo trabajo que sus compañeros hombres.
En muchas familias tienen que hacer grandes sacrificios profesionales las mujeres para tener una familia, lo que repercute en su bienestar económico. Es necesario fomentar medidas dirigidas a la conciliación familiar, personal y laboral que favorezcan el acceso de las mujeres al empleo y puedan integrarse plenamente en la sociedad, teniendo autonomía económica.
Además, todo esto se endurece con la pandemia ya que arroja un balance negativo en términos de igualdad ya que:

- Como todos sabemos los empleos relacionados con la asistencia sanitaria y los sectores de primera necesidad como limpieza, cuidado de personas en residencias y comercio de alimentación son desempeñados mayoritariamente por mujeres. Y todas ellas conforman un conjunto de profesiones imprescindibles y esenciales que se sitúan en la primera línea de respuesta a la enfermedad, y a las que desde aquí queremos reconocer su labor.
- El cierre de centros educativos o asistenciales y las medidas de confinamiento de la población en sus hogares situaron a las mujeres, de nuevo, al frente del trabajo doméstico.
- El teletrabajo junto con las dificultades habituales de conciliación exige un plus en la organización familiar y provoca una sobrecarga del trabajo de cuidados, que sigue recayendo principalmente en las mujeres.
- La reducción o paralización de la actividad económica ha aumentado las tasas de desempleo, muchos de ellos relacionados con el empleo doméstico, el sector textil, el sector turístico, hostelería …
- El endurecimiento de las condiciones de vida de mujeres y niñas en situaciones de violencia de género.
- Todo ello nos obliga a seguir trabajando en igualdad. La perspectiva de género es necesaria para poder hacer frente a esta crisis.
La capacidad de recuperación económica y social de nuestros municipios está ligada a la participación de manera plena y efectiva de las mujeres en la toma de decisiones.
- Sólo su participación real en los procesos de recuperación y en el diseño de las medidas permitirá tener en cuenta los aspectos por los que venimos trabajando para conseguir la igualdad real.
En un momento en el que la vuelta al mundo rural toma fuerza no debemos olvidar que las estrategias de lucha contra la despoblación tendrán éxito si se tienen en cuenta las necesidades de las mujeres para desarrollar actividades que les permitan tener presencia en los sectores económico y social.
Tenemos que defender la libertad y la dignidad de toda persona. Abogamos por una sociedad abierta, donde el valor compartido de la igualdad se
manifiesta en la equiparación plena de oportunidades. Una sociedad en libertad que ponga freno a cualquier práctica discriminatoria que impida desarrollar a la mujer la plenitud de su talento y sus capacidades. Una sociedad, en definitiva, en la que la mujer y el hombre puedan avanzar conjuntamente hasta la completa erradicación de toda forma de prejuicio o desigualdad.
La lucha contra la violencia de género ha de ser también una de las prioridades de la sociedad. La realidad de las víctimas de esta violencia no puede ser ignorada, y todos, sin excepción, debemos comprometernos en su erradicación.
Hay que cooperar a nivel global para alcanzar entre todos el Objetivo 5 de la Agenda 2030 y en concreto: - Contribuir en la puesta en marcha de mecanismos de corresponsabilidad desde todos los ámbitos, administraciones, empresas y hogares.
- Promover acciones locales que favorezcan la incorporación económica y social de las mujeres, creando instrumentos que ayuden a fijar la población en el municipio.
- Colaborar con las instituciones en la erradicación de la violencia de género.
- Promover campañas de sensibilización sobre la corresponsabilidad, base de la igualdad real.
- Y promover la participación de las mujeres en la toma de decisiones.